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Energía

La Bioenergética estudia la personalidad humana en función de sus procesos energéticos, es decir, de cuanta energía disponemos y cómo fluye en nosotros.

Hay energía en todos los procesos de la vida -en el movimiento, en el sentimiento y en el pensamiento- y estos procesos pueden verse interrumpidos si al organismo le falta el suministro de energía o ésta encuentra algún bloqueo. 

Por otro lado vemos que los organismos únicamente pueden funcionar cuando existe equilibrio entre la carga y la descarga de energía. Conocemos técnicas para regularlo.

"Cuando la capacidad individual de expresarse a uno mismo, o de expresar las ideas y sentimientos, está limitada por fuerzas internas (inhibiciones o tensiones crónicas musculares), se reduce también la capacidad individual para sentir placer. En estos casos, el sujeto reduce la carga de energía (inconscientemente, claro está) para mantener el equilibrio energético de su cuerpo."

Hemos sido educados para vivir en comunidad, es decir, no de forma aislada; de forma que aprendimos a reprimir sentimientos "inadecuados" para el contexto social (el entusiasmo o excitación, la rabia, la tristeza y el deseo sexual no suelen considerarse oportunos en muchos ambientes). Sin embargo estos sentires quedan regitrados en el cuerpo, y se van acumulando si se restringe la expresión repetidamente. La persona termina por dejar de sentir esas emociones, de forma que se adapta a la cultura en la que vive perdiendo parte de su espontaneidad, movimiento y autenticidad. 

La Bioenergética trata de abrir el camino de la autoexpresión y restaurar la circulación de los sentimientos en el cuerpo. A medida que se va resolviendo lo que impide a la persona poner en funcionamiento todo su potencial energético, el nivel de carga y descarga de energía de la persona aumenta, y con ella sus actividades creativas, placenteras y satisfactorias.

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